Despedir a un empleado es, probablemente, una de las tareas más difíciles que emprende cualquier dirigente. En cada notificación hay que equilibrar las necesidades: las del empleador, las del empleado que se despide y las del equipo restante. El líder preparado desempeña un papel fundamental a la hora de abordar estas necesidades contrapuestas.
¿Qué resultado busca el empresario?
El empresario quiere que el empleado sepa que su empleo se acaba. Y punto. Esta información debe comunicarse con claridad. Si hay razones empresariales -problemas económicos, cambio en la dirección de la empresa- que causan el despido, una breve referencia a este contexto puede ayudar a la persona a entender que se trata de una decisión empresarial y no de una consecuencia de su propio rendimiento. Si el despido es el resultado de un mal rendimiento o comportamiento acumulado que ha sido documentado y discutido con el empleado, volver a hablar de ello durante la reunión de despido no cambiará el resultado, así que es mejor no decirlo. El empleador necesita asegurarse de que el líder encargado de transmitir este mensaje no se desvíe hacia opiniones personales que no forman parte del mensaje de la empresa, creando cualquier vulnerabilidad para la empresa al final de la relación laboral.
¿Cómo repercute en el empleado la forma en que el líder transmite este mensaje?
Trabaja en colaboración con tu representante de RRHH para coordinar y co-facilitar esta reunión. Un líder eficaz hará que su mensaje sea claro y conciso. Se asegurará de demostrar su respeto por el empleado transmitiendo esta información en un entorno a puerta cerrada: un despacho privado o una sala de reuniones privada. El líder indicará brevemente que, a partir de hoy, el empleo de la persona termina. El líder puede optar por agradecer al empleado su contribución. Después de oír que su empleo se acaba, muchas personas dejan de oír nada más. En este punto, el líder puede dejar al empleado con el representante de RRHH, que revisará los detalles sobre la indemnización, la salida, etc.
¿Qué debe tener en cuenta el líder con respecto al resto del equipo?
Dependiendo de las circunstancias, los empleados restantes pueden estar preocupados por la carga de trabajo, por la seguridad de su propio empleo, por el liderazgo o por la estabilidad del empleador. El líder querrá reflexionar sobre estas cuestiones, consultar con Recursos Humanos y/o con el equipo ejecutivo de la organización y decidir cuál será el mensaje o los mensajes a los empleados restantes. Esto podría incluir una reunión de equipo, celebrada el mismo día del despido del empleado, pero en un momento posterior. O, con un equipo más pequeño, el líder puede optar por hablar con los miembros del equipo de forma individual. El líder eficaz invitará a hacer preguntas o comentarios y escuchará atentamente lo que se diga para calibrar el estado de ánimo de los empleados restantes. Si la carga de trabajo lo permite, un buen líder estará visible y disponible en los días inmediatamente posteriores al despido para responder a otras preguntas o preocupaciones. El objetivo es mantener la continuidad en el lugar de trabajo y, para ello, ayuda a demostrar que los despidos de los empleados se gestionan de forma justa y con empatía.