Dar prioridad a las personas para un futuro exitoso

Publicado 15 de octubre de 2018

No mucha gente sabe que Steve Jobs era un reclutador legendario. Siempre creyó en la calidad por encima de la cantidad. Gestionar y construir un equipo de jugadores "A+" llevó a Apple a la cima del mundo. Del mismo modo, superempresas como Amazon, Microsoft, Google y Facebook consiguieron crear equipos que superaron la prueba del tiempo. Ahora, son objeto de estudio para millones de aspirantes a empresarios de todo el mundo.

Es importante que un equipo y sus nuevos reclutas compartan la misma visión y pasión hacia un objetivo fijo. Una cultura vinculante fuerte puede impulsar a un equipo mejor que cualquier otro incentivo extrínseco. Esto conduce a una mejor comunicación y a la libre circulación de ideas creativas. Los objetivos a largo plazo son mucho más importantes que el pensamiento a corto plazo.

Todo equipo debe tener un líder resistente y objetivo. Alguien que pueda soportar situaciones de estrés y aceptar la responsabilidad de las malas decisiones tomadas, así como compartir los logros tras una buena decisión. Nadie lo sabe todo; un líder capaz es aquel que está dispuesto a aprender. Un líder que está aprendiendo es un ejemplo para todos. La experiencia se adquiere afrontando retos y completando tareas a lo largo de la carrera. Hay que animar a los empleados para que suban la moral, aunque el camino esté lleno de retos diversos. Los grandes retos siempre vienen acompañados de grandes recompensas.

El compromiso de los empleados es crucial para mejorar el rendimiento de la organización. Se aconseja a los líderes que proporcionen una plataforma abierta para que los empleados se expresen libremente sin miedo al fracaso. Deben comprender la importancia de separar los objetivos de la organización de los grilletes de la indiferencia y la crítica. Por el contrario, la crítica constructiva es muy bienvenida. Tener un enfoque optimista funciona mejor que criticar a los empleados. Desgraciadamente, muchas organizaciones son más propensas a enfocar el fracaso de forma negativa, lo que pone en peligro su marca de empleador y su reputación.

Los líderes de las organizaciones deben centrarse en la construcción de talentos de forma holística. A medida que un empleado asciende en el escalafón, se esperan más responsabilidades de él. Los empleados que tienen un conjunto de habilidades específicas repercuten en el rendimiento general de la organización; sin embargo, el impacto disminuye gradualmente. Es de suma importancia que los líderes continúen desarrollando su reserva de talento, especialmente con los efectos de la Cuarta Revolución Industrial. El desarrollo del talento existente influye mucho en la decisión de los empleados de navegar o abandonar su barco.

En el volátil clima empresarial actual, adaptarse al cambio es crucial. De hecho, es fundamental para el éxito de la empresa. Los empleados deben acostumbrarse al cambio y garantizar una transición rápida para una mejor gestión de las crisis. Un alto nivel de confianza apuntala las iniciativas de cambio, reduciendo el miedo y mejorando la colaboración.

Una empresa no es nada sin sus empleados. El rendimiento de la organización es una responsabilidad compartida entre los líderes y sus empleados. Se trata de un esfuerzo colectivo, en el que cada empleado debe considerar la organización como algo propio.

La gestión excelente de los roles y el pensamiento a largo plazo son la esencia clave para construir una empresa de éxito. Una empresa que pone a su gente en primer lugar, que promueve un futuro sostenible, que impulsa a la empresa con pasión al cambio y que evoluciona para mejor está destinada a nutrir a grandes empleados y a superar a todos los competidores.

 

Por Anthony Raja Devadoss, miembro del Consejo de Administración de CPI y Director General y Jefe de Negocio de PERSOLKELLY Consulting - APAC

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